«Éstas son mis palabras como mujer y las palabras de todas las otras mujeres que viven en Irán, donde el ser mujer tiene su propio sistema».
«Cuando tenía quince años —una edad muy importante para una chica— estábamos siendo bombardeados. Éramos una generación marcada. Cuando empecé a comprender algo, todo fue revolución. Y entonces hubo una gran guerra». La muerte y el horror pueden ser la materia prima que el alma precisa para crear. Pese a las adversidades, Shadi Ghadirian se reveló contra el mundo a través de una cámara.
Se trata, más que de registros históricos, de fotografías conceptuales. Sin dejar a un lado la compleja situación de género por la que atraviesa, el género femenino es retratado con las condiciones que vive. El trabajo de Ghadirian está desatendido del ámbito social, se ha dado a la tarea de estar al frente de plataformas virtuales que dan a conocer el trabajo fotográfico de otras mujeres connacionales.
«El lugar que ocupan las mujeres iraníes en el mundo es importante para mí porque estoy segura de que nadie sabe mucho de ello. Quizá la única percepción de un extranjero sobre la mujer iraní es un chador negro. No obstante, trato de representar todos los aspectos de estas mujeres, y eso depende por completo de mi propia situación», reflexionó la fotógrafa.
Su obra es extensa y sumamente compleja, en Like Every Day, por ejemplo —serie que hizo poco después de contraer matrimonio— la fotógrafa hace un ejercicio de reconocimiento propio y la abrumadora rutina por la que las mujeres iraníes pasan cuando se casan. «Es un tipo de chador que las mujeres siempre usan dentro de las casas, son coloridas. En estas fotos no puedes ver sus caras. Puedes ver, por ejemplo, una taza o cosas relacionadas con el hogar, cosas en lugar de su cara».
En el resto de su trabajo la tradición y la modernidad se enfrentan en un diálogo. Son mujeres que, bajo la mirada de Occidente, han sido sometidas todo el tiempo: mujeres sin rostro ni historia. Esto realmente no es así.
«Deseo continuar hablando de las mujeres porque todavía tengo mucho que decir. Éstas son mis palabras como mujer y las palabras de todas las otras mujeres que viven en Irán, donde el ser mujer tiene su propio sistema. Y aunque finalmente he creado estas fotografías en mi propio estudio doy seguimiento a temas sociales», dijo Ghadirian en entrevista con Like Every Day.
Estas imágenes, además de ser fotografías, son una especie de viaje. Este tránsito es doble: además de salir al exterior y contar las microhistorias de otras mujeres, se trata de una historia personal, íntima: «hasta ahora he tenido demasiadas fotos en las que las mujeres aparecen como ciudadanas de segunda categoría o muestro la censura de las mujeres».
Shadi Ghadirian estudió en el Departamento de Fotografía de la Universidad Azad de Teherán, es una de las primeras mujeres que ha trascendido las fronteras de un país tradicionalista y conflictivo y ha sido el referente para muchas otras que desean seguir sus pasos. Ha expuesto en los Estados Unidos, Berlín, Francia y otros países. Conoce más de su trabajo desde su sitio oficial.
«Cuando tenía quince años —una edad muy importante para una chica— estábamos siendo bombardeados. Éramos una generación marcada. Cuando empecé a comprender algo, todo fue revolución. Y entonces hubo una gran guerra». La muerte y el horror pueden ser la materia prima que el alma precisa para crear. Pese a las adversidades, Shadi Ghadirian se reveló contra el mundo a través de una cámara.
Se trata, más que de registros históricos, de fotografías conceptuales. Sin dejar a un lado la compleja situación de género por la que atraviesa, el género femenino es retratado con las condiciones que vive. El trabajo de Ghadirian está desatendido del ámbito social, se ha dado a la tarea de estar al frente de plataformas virtuales que dan a conocer el trabajo fotográfico de otras mujeres connacionales.
«El lugar que ocupan las mujeres iraníes en el mundo es importante para mí porque estoy segura de que nadie sabe mucho de ello. Quizá la única percepción de un extranjero sobre la mujer iraní es un chador negro. No obstante, trato de representar todos los aspectos de estas mujeres, y eso depende por completo de mi propia situación», reflexionó la fotógrafa.
Su obra es extensa y sumamente compleja, en Like Every Day, por ejemplo —serie que hizo poco después de contraer matrimonio— la fotógrafa hace un ejercicio de reconocimiento propio y la abrumadora rutina por la que las mujeres iraníes pasan cuando se casan. «Es un tipo de chador que las mujeres siempre usan dentro de las casas, son coloridas. En estas fotos no puedes ver sus caras. Puedes ver, por ejemplo, una taza o cosas relacionadas con el hogar, cosas en lugar de su cara».
En el resto de su trabajo la tradición y la modernidad se enfrentan en un diálogo. Son mujeres que, bajo la mirada de Occidente, han sido sometidas todo el tiempo: mujeres sin rostro ni historia. Esto realmente no es así.
«Deseo continuar hablando de las mujeres porque todavía tengo mucho que decir. Éstas son mis palabras como mujer y las palabras de todas las otras mujeres que viven en Irán, donde el ser mujer tiene su propio sistema. Y aunque finalmente he creado estas fotografías en mi propio estudio doy seguimiento a temas sociales», dijo Ghadirian en entrevista con Like Every Day.
Estas imágenes, además de ser fotografías, son una especie de viaje. Este tránsito es doble: además de salir al exterior y contar las microhistorias de otras mujeres, se trata de una historia personal, íntima: «hasta ahora he tenido demasiadas fotos en las que las mujeres aparecen como ciudadanas de segunda categoría o muestro la censura de las mujeres».
Shadi Ghadirian estudió en el Departamento de Fotografía de la Universidad Azad de Teherán, es una de las primeras mujeres que ha trascendido las fronteras de un país tradicionalista y conflictivo y ha sido el referente para muchas otras que desean seguir sus pasos. Ha expuesto en los Estados Unidos, Berlín, Francia y otros países. Conoce más de su trabajo desde su sitio oficial.
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