Esta nueva planta se encuentra situada a tan sólo 100 metros de distancia del Sárcofago, la cúpula metálica que evita nuevas fugas de radiación
En 26 de abril de 1986 ocurrió uno de los peores accidentes nucleares que jamás había visto la humanidad. Ese día se produjo una explosión en el reactor número cuatro de la central nuclear de Chernobyl causando la muerte de miles de personas al momento y varios años después, por las secuelas radiactivas de la catástrofe.
Después de meses de investigaciones se encontró que la explosión se había producido gracias a diversas coincidencias y errores humanos que terminaron con la expulsión de 200 toneladas de material radiactivo al aire fresco. La ciudad más afectada fue Pripyat, donde vivían los trabajadores de la planta nuclear, este lugar se encuentra a 120 kilómetros de la capital de Ucrania, Kiev.
Los estragos de la explosión nuclear pueden verse en nuestros días.
El más grave problema con Chernobyl fue que las autoridades soviéticas no informaron a los más de 50 mil habitantes de la ciudad al momento del desastre, tampoco proporcionaron ayuda contra la radiación, situación que derivó en muertes evitables.
Los efectos fueron catastróficos. La nube radiactiva se propagó por Europa, sobre todo en países como Bielorrusia, Polonia, Checoslovaquia y Ucrania. Tras la explosión, la zona contaminada quedó aislada en un radio de 30 kilómetros y se sigue trabajando en la actualidad para eliminar los restos radiactivos.
Hoy a casi 32 años de esa catástrofe nuclear, los trabajos para instalar en la zona una enorme planta solar, capaz de proporcionar un megavatio de energía renovable para la red eléctrica local, están a punto de terminar.
La planta de energía solar es una esperanza para recuperar lo que se fue.
Esta nueva planta se encuentra situada a tan sólo 100 metros de distancia del Sárcofago, la cúpula metálica que evita nuevas fugas de radiación procedente de las ruinas de la antigua central. Una vez que la planta esté terminada, será un logro importante para una Ucrania que no olvida y busca recuperar la vida en aquel lugar.
«Esta planta de energía solar puede cubrir las necesidades de una población de tamaño medio», dijo a medios locales Yevgen Varyagin, jefe del proyecto.
Se estima que en el futuro se podría ampliar la planta para producir hasta 100 veces más energía. Según las estimaciones del gobierno ucraniano, aún deberán pasar 24 mil años antes de que resulte seguro que los humanos vuelvan a establecerse en Chernobyl, a causa de la alta contaminación del suelo.
Tendrán que pasar muchos años hasta que regrese la vida a Chernobyl.
De hecho, hoy en día sigue habiendo una prohibición de perforar o excavar en ese lugar, por lo que los paneles fotovoltaicos de la central se han fijado a losas de cemento y no directamente al suelo.
Es un hecho que ya no nos tocará volver a ver la vida en aquel lugar, pero si hay quien podrá decir que vio arder el infierno en aquel lugar, pero también las primeras acciones de vida en él.
En 26 de abril de 1986 ocurrió uno de los peores accidentes nucleares que jamás había visto la humanidad. Ese día se produjo una explosión en el reactor número cuatro de la central nuclear de Chernobyl causando la muerte de miles de personas al momento y varios años después, por las secuelas radiactivas de la catástrofe.
Después de meses de investigaciones se encontró que la explosión se había producido gracias a diversas coincidencias y errores humanos que terminaron con la expulsión de 200 toneladas de material radiactivo al aire fresco. La ciudad más afectada fue Pripyat, donde vivían los trabajadores de la planta nuclear, este lugar se encuentra a 120 kilómetros de la capital de Ucrania, Kiev.
Los estragos de la explosión nuclear pueden verse en nuestros días.
El más grave problema con Chernobyl fue que las autoridades soviéticas no informaron a los más de 50 mil habitantes de la ciudad al momento del desastre, tampoco proporcionaron ayuda contra la radiación, situación que derivó en muertes evitables.
Los efectos fueron catastróficos. La nube radiactiva se propagó por Europa, sobre todo en países como Bielorrusia, Polonia, Checoslovaquia y Ucrania. Tras la explosión, la zona contaminada quedó aislada en un radio de 30 kilómetros y se sigue trabajando en la actualidad para eliminar los restos radiactivos.
Hoy a casi 32 años de esa catástrofe nuclear, los trabajos para instalar en la zona una enorme planta solar, capaz de proporcionar un megavatio de energía renovable para la red eléctrica local, están a punto de terminar.
La planta de energía solar es una esperanza para recuperar lo que se fue.
Esta nueva planta se encuentra situada a tan sólo 100 metros de distancia del Sárcofago, la cúpula metálica que evita nuevas fugas de radiación procedente de las ruinas de la antigua central. Una vez que la planta esté terminada, será un logro importante para una Ucrania que no olvida y busca recuperar la vida en aquel lugar.
«Esta planta de energía solar puede cubrir las necesidades de una población de tamaño medio», dijo a medios locales Yevgen Varyagin, jefe del proyecto.
Se estima que en el futuro se podría ampliar la planta para producir hasta 100 veces más energía. Según las estimaciones del gobierno ucraniano, aún deberán pasar 24 mil años antes de que resulte seguro que los humanos vuelvan a establecerse en Chernobyl, a causa de la alta contaminación del suelo.
Tendrán que pasar muchos años hasta que regrese la vida a Chernobyl.
De hecho, hoy en día sigue habiendo una prohibición de perforar o excavar en ese lugar, por lo que los paneles fotovoltaicos de la central se han fijado a losas de cemento y no directamente al suelo.
Es un hecho que ya no nos tocará volver a ver la vida en aquel lugar, pero si hay quien podrá decir que vio arder el infierno en aquel lugar, pero también las primeras acciones de vida en él.
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