Si el lanzamiento de Wonder Woman (2017) fue todo un suceso cinematográfico, debe de haber una razón lógica para ello. No sólo fue la fuerza que Gal Gadot puso en su personaje, sino toda la historia que la propia mujer maravilla y su ejército tienen detrás de sí mucho más allá del cómic. Las múltiples variaciones de las amazonas a lo largo de la historia han hecho de ésta una de las grandes leyendas de todos los tiempos: sólo pensar que existía un grupo de mujeres guerreras mucho más letales que cualquier guerrero antiguo es fascinante por donde se le mire.
Dentro de la mitología griega, las amazonas fueron uno de los únicos grupos que pudieron hacer frente a grandes héroes como Aquiles o Hércules. Según la etimología clásica, su nombre proviene de la expresión a-mazos que significa "sin pechos". Debido a que necesitaban espacio para sus maniobras con el arco, cada guerrera tenía que cortar o quemar su seno derecho para poder utilizar dicha arma sin ningún problema. En la Iliada, la tribu también fue identificada bajo el nombre de "antianiras" o "las que luchan como hombres".
Pero de haber sido ciertas todas las leyendas a su alrededor, salta a debate una pregunta inmediata: ¿cómo un grupo formado sólo por mujeres pudo crecer tanto sin la presencia de los hombres? El mito griego sostiene que capturaron algunos guerreros para usarlos como sementales y así poder criar sólo niñas; si alguna de ellas llegase a concebir un varón, éste era asesinado al instante. Ese desapego hacia la convencionalidad machista que parece gobernar el mundo desde hace siglos ha inspirado, directa o indirectamente, a cientos de mujeres a lo largo de la historia.
Los testimonios del sacerdote Gaspar de Carvajal acerca de lo que encontraron en las cuencas del río Marañón en Sudamérica, indican que éste se encontró de frente con un grupo de mujeres muy altas, blancas, membrudas y armadas con arcos y cerbatanas. Debido a este encuentro, el río fue rebautizado como Amazonas y la región que le rodeaba era temida por todos los exploradores que (ya fuera por necesidad o mera curiosidad) decidían entrar a su densa selva.
En la década de los treinta, cuando la Unión Soviética se encontraba en vías de recuperación después de la revolución de 1917, un grupo de mujeres piloto comenzó a ganar prestigio por su certera forma de manejar bombarderos, sobre todo de noche; el grupo de "amazonas rusas" comandado por Marina Raskova realizó alrededor de 100 misiones nocturnas —24 mil durante los tres años de vida que tuvo el escuadrón—. Sus maniobras tenían tanto éxito y provocaban demasiadas bajas a los miembros del ejército alemán que terminaron por recibir el título de "brujas nocturnas".
Ya sea en el cine o en los textos antiguos, es un hecho que la imagen de las amazonas ha sido un punto de referencia que algunos consideran utópico. Alejarse del régimen masculino para crear una base social estrictamente femenina en la que ellas tengan el control sobre los aspectos más importantes en cuanto al curso de la comunidad ha sido el punto principal para crear historias como la de Wonder Woman, donde las protagonistas siempre tienen la última palabra después de liberar al mundo de al menos uno de sus problemas más grandes.
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