El diario británico The Guardian reveló que el Ministerio de Salud tiene conocimiento de esta situación desde el 2014
Claman por ayuda. Gritan «¡auxilio!» lo más fuerte que pueden para que alguien los escuche. Si no son las autoridades sanitarias de su gobierno, entonces se harán escuchar a través de otros medios. Los nahuas, pertenecientes a la etnia del mismo nombre ubicada en la Amazonia peruana, padecen una ola de envenenamiento por mercurio y, al parecer, a nadie le importa.
Desde 2014 se sabe que el territorio que habitan los nahuas presenta altas concentraciones de mercurio no sólo por el consumo de peces que nadan en los ríos aledaños, sino también por un proyecto de explotación de yacimientos de gas a cargo de la empresa Camisea, misma que, incluso, negó que se trabaje con este elemento químico, pues está intoxicando la sangre de estos indígenas.
Ahora, gracias a un informe presentado por el diario británico The Guardian, en el que se da a conocer que el Ministerio de Salud ocultó un reporte de salud de los miembros de la etnia indígena nahua, se reveló que muchos de ellos presentan envenenamiento por mercurio, lo cual pone en riesgo no sólo su vida, sino toda la existencia de la tribu.
Una mujer acudió por un caso de neumonía con su hijo y descubrieron la intoxicación.
«Necesitamos ayuda, queremos ayuda, queremos que alguien nos ayude», dijo a The Guardian un integrante nahua que pidió permanecer en el anonimato. «La gente está preocupada. No hay nadie que nos ayude con esto. Hemos sido olvidados». Y no es difícil pensar que así ha sido pues el caso por envenenamiento se conoce desde hace poco más de tres años.
Era noviembre del 2014 cuando una madre llegó a Lima para que su hijo, de apenas seis meses, fuera examinado por un caso de neumonía. Al hacerle los análisis correspondientes, el bebé presentaba altos niveles de mercurio en la sangre al igual que su madre, a quien también se le practicaron exámenes médicos.
Desde ese momento, los miembros de esta comunidad, que alcanzan las 500 personas, fueron aislados, pues otros dos jóvenes nahuas murieron poco después. Uno de ellos pereció luego de padecer tuberculosis pulmonar, presuntamente causada por los altos niveles de mercurio en su sangre.
Muchos de los afectados son ignorados por las autoridades sanitarias.
El informe también alude a problemas de desnutrición crónica en la etnia. Dicen que desde que se enteraron del problema «tomaron acciones» pero no refieren cuáles fueron. A través de la Dirección General de intervenciones Estratégicas de Salud Pública (DGIESP), el Ministerio de Salud de Perú dijo que se brinda atención integral y que, además, se da seguimiento especializado a la población.
Quien también se deslindó de trabajar con mercurio fue el consorcio Camisea, logrando de esa manera deshacerse de la responsabilidad de la intoxicación que sufre la etnia nahua.
Claman por ayuda. Gritan «¡auxilio!» lo más fuerte que pueden para que alguien los escuche. Si no son las autoridades sanitarias de su gobierno, entonces se harán escuchar a través de otros medios. Los nahuas, pertenecientes a la etnia del mismo nombre ubicada en la Amazonia peruana, padecen una ola de envenenamiento por mercurio y, al parecer, a nadie le importa.
Desde 2014 se sabe que el territorio que habitan los nahuas presenta altas concentraciones de mercurio no sólo por el consumo de peces que nadan en los ríos aledaños, sino también por un proyecto de explotación de yacimientos de gas a cargo de la empresa Camisea, misma que, incluso, negó que se trabaje con este elemento químico, pues está intoxicando la sangre de estos indígenas.
Ahora, gracias a un informe presentado por el diario británico The Guardian, en el que se da a conocer que el Ministerio de Salud ocultó un reporte de salud de los miembros de la etnia indígena nahua, se reveló que muchos de ellos presentan envenenamiento por mercurio, lo cual pone en riesgo no sólo su vida, sino toda la existencia de la tribu.
Una mujer acudió por un caso de neumonía con su hijo y descubrieron la intoxicación.
«Necesitamos ayuda, queremos ayuda, queremos que alguien nos ayude», dijo a The Guardian un integrante nahua que pidió permanecer en el anonimato. «La gente está preocupada. No hay nadie que nos ayude con esto. Hemos sido olvidados». Y no es difícil pensar que así ha sido pues el caso por envenenamiento se conoce desde hace poco más de tres años.
Era noviembre del 2014 cuando una madre llegó a Lima para que su hijo, de apenas seis meses, fuera examinado por un caso de neumonía. Al hacerle los análisis correspondientes, el bebé presentaba altos niveles de mercurio en la sangre al igual que su madre, a quien también se le practicaron exámenes médicos.
Desde ese momento, los miembros de esta comunidad, que alcanzan las 500 personas, fueron aislados, pues otros dos jóvenes nahuas murieron poco después. Uno de ellos pereció luego de padecer tuberculosis pulmonar, presuntamente causada por los altos niveles de mercurio en su sangre.
Muchos de los afectados son ignorados por las autoridades sanitarias.
El informe también alude a problemas de desnutrición crónica en la etnia. Dicen que desde que se enteraron del problema «tomaron acciones» pero no refieren cuáles fueron. A través de la Dirección General de intervenciones Estratégicas de Salud Pública (DGIESP), el Ministerio de Salud de Perú dijo que se brinda atención integral y que, además, se da seguimiento especializado a la población.
Quien también se deslindó de trabajar con mercurio fue el consorcio Camisea, logrando de esa manera deshacerse de la responsabilidad de la intoxicación que sufre la etnia nahua.
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