La astrología psicológica no te pide que creas que las cartas definirán tu destino. Más bien se trata de una amplia concepción sobre los arquetipos que el inconsciente colectivo ha formado desde siempre.
Si alguien te dijera que fueras a leerte el tarot en lugar de buscar terapia para solucionar tus problemas emocionales, primero te echarías a reír y después lo tomarías como un insulto a tu inteligencia. «¿Qué demonios tienen que ver las ideas fantasiosas sobre los astros con los problemas de mi corazón?», pensarías... y, de hecho, tienes toda la razón.
La astrología psicológica, al menos desde la perspectiva de Carl Jung, no te pide que creas que las cartas definirán tu destino o que las runas te dictarán qué es lo que debes hacer de tu vida. Más bien, se trata de una amplia concepción de los arquetipos que el inconsciente colectivo ha formado desde el principio de los tiempos:
«La astrología representa la suma de todo el conocimiento psicológico de la antigüedad», decía el psicoanalista.
Si alguien te dijera que fueras a leerte el tarot en lugar de buscar terapia para solucionar tus problemas emocionales, primero te echarías a reír y después lo tomarías como un insulto a tu inteligencia. «¿Qué demonios tienen que ver las ideas fantasiosas sobre los astros con los problemas de mi corazón?», pensarías... y, de hecho, tienes toda la razón.
La astrología psicológica, al menos desde la perspectiva de Carl Jung, no te pide que creas que las cartas definirán tu destino o que las runas te dictarán qué es lo que debes hacer de tu vida. Más bien, se trata de una amplia concepción de los arquetipos que el inconsciente colectivo ha formado desde el principio de los tiempos:
«La astrología representa la suma de todo el conocimiento psicológico de la antigüedad», decía el psicoanalista.
En un complejo engranaje, según esta corriente, pueden encontrarse analogías entre la constelación astrológica y los sucesos psicológicos. El micro y el macrocosmos interactúan todo el tiempo no por una cuestión mística, sino como resultado del inconsciente y el Universo.
Así, según la astróloga Carolina Goldsman, los cuatro modos de percepción expuestos por Jung —intuición, sensación, pensamiento y sentimiento— se pueden interpretar según los considerados "elementos de la naturaleza" en la antigüedad: aire, tierra, agua y fuego.
Así, según la astróloga Carolina Goldsman, los cuatro modos de percepción expuestos por Jung —intuición, sensación, pensamiento y sentimiento— se pueden interpretar según los considerados "elementos de la naturaleza" en la antigüedad: aire, tierra, agua y fuego.
Los 4 modos de percepción son completamente necesarios para definirnos y todos se relacionan entre sí. Sin embargo, uno domina sobre los demás y de él depende nuestra personalidad. ¿Sabes cuál de los 4 sobresale en ti?
Percepción: Intuición
Elemento: fuego
Elemento: fuego
Cualidades: dices las cosas de frente y sin pena. Piensas que la vida es ahora y no te da miedo expresar tus deseos. Tomas decisiones rápidas y seguras, vives día a día sin preocuparte por el futuro.
Cualidades: te diriges por la vida con serenidad y cautela. Te gusta ayudar pero también sabes pedir ayuda cuando lo necesitas. Prefieres los proyectos personales a acumular objetos o cosas materiales.
El análisis y la precaución son tu fuerte. Eres una persona que lo observa todo; antepones la razón antes que el corazón. Te cuesta trabajo enamorarte, pero cuando lo haces te es difícil dejar de pensar en esa persona y puedes caer en la obsesión.
Eres la emotividad andante: todo te afecta. No es que esté mal —aunque a veces no sepas cómo manejarlo— eres capaz de conectar con otras personas. Te gusta escuchar y puedes dar un consejo con el corazón.
Todos los seres humanos tenemos esas cualidades, pues según esta teoría los 4 elementos están presentes en todo momento. Sin embargo, uno predomina sobre los otros y eso es lo que define nuestra esencia.
Aunque la astrología psicológica no es una ciencia, conocer otros aspectos de nuestro ser nos ayuda a relacionarnos con otros e inclusive con nosotros mismos. Estudiarnos nos lleva a saber cómo reaccionamos, por qué actuamos como lo hacemos y cómo evitar lo que nos lastima.
Percepción: Sensación
Elemento: tierra
Elemento: tierra
Cualidades: te diriges por la vida con serenidad y cautela. Te gusta ayudar pero también sabes pedir ayuda cuando lo necesitas. Prefieres los proyectos personales a acumular objetos o cosas materiales.
Percepción: Pensamiento
Elemento: aire
Elemento: aire
El análisis y la precaución son tu fuerte. Eres una persona que lo observa todo; antepones la razón antes que el corazón. Te cuesta trabajo enamorarte, pero cuando lo haces te es difícil dejar de pensar en esa persona y puedes caer en la obsesión.
Percepción: Sentimientos
Elemento: agua
Elemento: agua
Eres la emotividad andante: todo te afecta. No es que esté mal —aunque a veces no sepas cómo manejarlo— eres capaz de conectar con otras personas. Te gusta escuchar y puedes dar un consejo con el corazón.
Todos los seres humanos tenemos esas cualidades, pues según esta teoría los 4 elementos están presentes en todo momento. Sin embargo, uno predomina sobre los otros y eso es lo que define nuestra esencia.
Aunque la astrología psicológica no es una ciencia, conocer otros aspectos de nuestro ser nos ayuda a relacionarnos con otros e inclusive con nosotros mismos. Estudiarnos nos lleva a saber cómo reaccionamos, por qué actuamos como lo hacemos y cómo evitar lo que nos lastima.
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