miércoles, 31 de enero de 2018

La leyenda del Pico del Diablo: el demonio y un pirata compitiendo


En todo el mundo existen leyendas curiosas y muchos  nos encantan. En Japón conocimos la leyenda japonesa del sol y la luna que explica por qué no se encuentran jamás, en México la del árbol del vampiro y en esta ocasión nos hemos trasladado a Sudáfrica para conocer una nueva: La leyenda del Pico del Diablo, ni más ni menos que una competición entre el demonio y un pirata. ¿Habías oído hablar de ella?
La leyenda del Pico del Diablo: una competición entre el demonio y un pirata

Ciudad del Cabo, una de las ciudades más importantes de Sudáfrica, tiene como telón de fondo un anfiteatro montañoso. La formación más característica es “La Mesa”, reconocible por su meseta plana que mide unos tres kilómetros de punta a punta y a su izquierda está situado el Pico del Diablo (Devil’s Peak). Tiene una altitud aproximada de unos 1.000 metros y es accesible haciendo senderismo desde varios puntos. En sus laderas podrás encontrar varios fortines militares históricos y algunas baterías de cañones que estaban destinadas, hace décadas, a defender la ciudad.


Desde 1700 una leyenda sobre el Pico del Diablo se transmite de generación en generación cada vez que la niebla que surge del mar cubre las montañas que rodean Ciudad del Cabo. Cuentan que un pirata llamado Jan Van Hunks se estableció en la ciudad con la intención de abandonar su anterior actividad delictiva. Se casó y vivía en una casita al pie de la montaña.


Jan Van Hunks tenía un hábito que su esposa odiaba: era un empedernido fumador de pipa. La mujer no podía resistirlo y cada vez que encendía la pipa lo mandaba fuera de la casa. El pirata cogió la costumbre de caminar montaña arriba mientras encendía el artilugio y sentarse en el mismo lugar a fumar tranquilamente contemplando las vistas de la bahía. Un día, cuando llegó a su sitio favorito, se encontró a un hombre muy extraño sentado en él. Iba vestido de negro y llevaba un enorme sombrero que le tapaba la cara completamente.


Sorprendentemente, el desconocido lo saludó por su nombre y le pidió tabaco. Se sentó junto a él e iniciaron una conversación que al poco derivó en el hábito de fumar. Jan Van Hunks era un poco jactancioso y le gustaba presumir de la cantidad de tabaco que podía llegar a consumir. El hombre de negro le dijo que él podía fumar mucho más sin llegar a sentirse mal. El pirata no pudo resistirlo y lo desafió a una competición.


Fumaron tanto que al poco rato el humo los rodeaba y subía montaña arriba. El desconocido empezó a encontrarse mal, se puso nervioso y el sombrero se le cayó de la cabeza. En ese momento Van Hunks pudo verle la cara: se estaba enfrentando al mismísimo diablo. Éste viendo que el pirata, un simple mortal, le estaba ganando hizo aparecer un rayo que los borró a ambos de la faz de la Tierra.

A Van Hunks no volvieron a verlo, pero cada vez que la niebla sumerge las formaciones montañosas de Devil’s Peak y Table Mountain los habitantes de Ciudad del Cabo dicen que el diablo y el pirata han regresado a sus posiciones en la montaña y han reemprendido la competición.

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