Una serie de pruebas a gente de 60 países dio como resultado que podemos identificarnos sentimentalmente sin importar el origen cultural
Sin importar las diferencias culturales, políticas, sociales o económicas, los humanos entienden y asimilan la música de los demás.
Por lo menos así lo afirman psicólogos, ingenieros expertos en data y el departamento de salud de la Universidad de Harvard, quienes a través de dos experimentos en los que consultaron a 750 personas de 60 países diferentes, llegaron a la conclusión de que la música conectó sensaciones y sentimientos comunes entre todos los participantes.
En las pruebas se usaron 86 canciones de todo el mundo, desde Escocia hasta el sur de América. A los participantes se les pidió que las juzgaran según estados de ánimo, melodía, ritmo y qué tan grato era el sonido.
Ensamble africano.
Aunque la mayoría de los participantes no estaban familiarizado con la música que les presentaron, fueron abiertos a escuchar, poner atención y detectar las cualidades positivas del sonido.
Forma y función en la canción humana se llama el estudio, cuyo objetivo principal fue establecer una variedad de funciones sociales de la música como: sanar enfermedades, comunicar amor u otros sentimientos, calmar a los bebés o acompañar a la danza.
Ante esta hipótesis general de la universalidad de la música, se concluyó que la música exhibe asociaciones universales, y que aunque los oyentes no estén familiarizados con la música de determinada cultura, pueden identificar distintas funciones de la misma y hacer comparaciones con su experiencia, independientemente de su origen cultural.
Ubicaciones de grabaciones de canciones y oyentes.
Y pues sí: la música sí es universal.
Aunque cabría destacar que a la hora de las canciones románticas hubo problemas, pues muchos participantes no lograron identificar algunas canciones cuyas letras hablaban de amor, lo que significa que se está muy marcado culturalmente en ese sentido y que es muy variable.
Sin importar las diferencias culturales, políticas, sociales o económicas, los humanos entienden y asimilan la música de los demás.
Por lo menos así lo afirman psicólogos, ingenieros expertos en data y el departamento de salud de la Universidad de Harvard, quienes a través de dos experimentos en los que consultaron a 750 personas de 60 países diferentes, llegaron a la conclusión de que la música conectó sensaciones y sentimientos comunes entre todos los participantes.
En las pruebas se usaron 86 canciones de todo el mundo, desde Escocia hasta el sur de América. A los participantes se les pidió que las juzgaran según estados de ánimo, melodía, ritmo y qué tan grato era el sonido.
Ensamble africano.
Aunque la mayoría de los participantes no estaban familiarizado con la música que les presentaron, fueron abiertos a escuchar, poner atención y detectar las cualidades positivas del sonido.
Forma y función en la canción humana se llama el estudio, cuyo objetivo principal fue establecer una variedad de funciones sociales de la música como: sanar enfermedades, comunicar amor u otros sentimientos, calmar a los bebés o acompañar a la danza.
Ante esta hipótesis general de la universalidad de la música, se concluyó que la música exhibe asociaciones universales, y que aunque los oyentes no estén familiarizados con la música de determinada cultura, pueden identificar distintas funciones de la misma y hacer comparaciones con su experiencia, independientemente de su origen cultural.
Ubicaciones de grabaciones de canciones y oyentes.
Y pues sí: la música sí es universal.
Aunque cabría destacar que a la hora de las canciones románticas hubo problemas, pues muchos participantes no lograron identificar algunas canciones cuyas letras hablaban de amor, lo que significa que se está muy marcado culturalmente en ese sentido y que es muy variable.
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