domingo, 31 de diciembre de 2017

Imágenes fuertes: los gatos sufren cuando los refugios dejan de albergarlos.


De acuerdo con Merriam-Webster.com, un refugio es “un establecimiento que alberga y alimenta a los animales extraviados”. Pero una nueva y peligrosa política impulsada por organizaciones que se oponen a la eutanasia en ninguna circunstancia exhorta a los refugios a no recibir ni ayudar a gatos necesitados, ¡a no ayudarlos de ninguna manera! En su lugar, anima a los refugios a deshacerse de, o abandonar a, los gatos en las calles, a menudo ilegalmente, sin importar si pueden convivir en la sociedad ni si serán siquiera alimentados. Es otra táctica de mal gusto y despreciable que les permite a los refugios obtener una “tasa elevada de rescate”, pero que abandona a los animales sin ayuda y sin esperanza.

Algunas organizaciones de “protección animal” ahora están de hecho estimulando a los refugios a no ayudar a ningún gato, ni siquiera a gatos amigables que puede ser que no hayan pasado una sola noche afuera en su vida. Por favor, imagina lo que eso sería para tu propio gato. Los animales que son rechazados por los refugios de todas formas mueren, pero no en paz.


El pasado octubre, una mujer en Cornelius, Carolina del Norte, fue arrestada bajo más de una docena de acusaciones por crueldad hacia los animales, después de que la policía dijo que envenenó a 14 gatos y los dejó en una maleta cerca a un basurero. La mujer alegó que intentó encontrar un refugio donde “no matan” que recibiera a los gatos después de que ella se agobió con las camadas de gatitos no planeados, pero ningún refugio los recibiría.

En Valparaíso, Indiana, se reportó que encontraron a 31 gatos en una casa abandonada después de que una mujer llamó al refugio del condado preguntando si podía entregar seis gatos. Cuando el refugio le dijo que solo podía aceptar tres gatos por semana, la mujer se fue de la ciudad sin llevar a ninguno de los gatos al refugio. De los animales encontrados en la casa abandonada, tres gatitos y un gato adulto estaban muertos. El director de un refugio en un condado cercano señaló: “Lo que no entienden es que cuando rechazan a las personas, las obligan a abandonar a sus animales… Son participes de lo que ocurre, simplemente no en sus propias instalaciones”.

Cuando los refugios dejan de albergar a los gatos, los animales que rechazan permanecen en las calles, en las áreas rurales o en los vecindarios, donde a menudo no son bienvenidos por los residentes quienes deben a su vez ocuparse de la situación por su propia cuenta. Lo que es peor, es seguro que los animales van a procrear, de modo que van a producir aún más animales no deseados y sin hogar. Es un círculo vicioso.


En Fort Myers, Florida, los residentes de una calle estaban tan saturados con las docenas de gatos no deseados que habían sido abandonados allí como parte de un programa “Atrapa-Esteriliza-Libera” del condado, que varios residentes estaban planeando mudarse. “Vivo en una caja de arena”, dijo un residente. Otros reportaron que, a pesar del programa, los gatos sin esterilizar estaban siendo alimentados y más gatitos seguían naciendo.

En Jacksonville, Florida, supuestamente a una mujer le dejaron una colonia de gatos siameses sin hogar en su patio trasero después de que su vecino, que había estado alimentando a los gatos por un año, los alejó de su patio usando perros. La oficina local de control animal le dijo a la mujer que es su responsabilidad atrapar a los gatos y que ellos los esterilizarían, pero que regresarían a los gatos a su patio justo después. “Él decide sacarlos y terminan en mi patio y ahora tengo que ver gatitos que están muriendo de hambre”, dijo la mujer.


Los residentes de otra comunidad de Jacksonville también reportaron que los vecinos estaban usando perros para atacar a los gatos callejeros. Se ha reportado que los perros han mutilado los gatos de compañía de la gente hasta matarlos y han dañado vehículos después de que los gatos se arrastraron por debajo de éstos para esconderse.

Los perros no son el único peligro que enfrentan los gatos cuando los refugios los abandonan en las calles. Muchos gatos mueren después de ser atropellados por carros, ingerir veneno, contraer enfermedades mortales, congelarse hasta la muerte o ser torturados por gente cruel. Los refugios que rechazan a los gatos comparten la culpa cuando éstos mueren de manera dolorosa.

Los casos de crueldad como estos están aumento descontroladamente a medida que cada vez menos refugios aceptan gatos, dejándolos en las manos de gente que no los quiere o en comunidades donde los residentes molestos intentan resolver el “problema” por su propia cuenta de manera cruel.


Se supone que los refugios deben prevenir la crueldad y el abandono, no promover ésas situaciones. Pensamos que los gatos como Taylor y el sinnúmero de otros gatos que han sufrido y han muerto debido a las políticas de rechazo estarían de acuerdo

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