sábado, 23 de diciembre de 2017

El mito de la caja de Pandora y todos los males del mundo


Creada por los dioses, Pandora sólo fue la vía para llenar este mundo de sufrimiento...

Imagina un mundo sin mal; donde todas las personas actuaran sin buscar sacar provecho de otras, donde nadie enfermara y donde reinara la felicidad todos los días a todas horas. Imagínalo de verdad. ¿Podrías vivir en un mundo así? Según la mitología griega, Pandora es la responsable de todos los males del mundo, los mismos que hoy te aquejan y no te permiten ser feliz. 
 
La historia es así:




Zeus, albergaba en su alma una inmensa sed de venganza hacia Prometeo, debido a que robó el fuego para proporcionárselos a los humanos. Por esa razón mandó a crear a la primer mujer en la Tierra.


Pandora —que significa "la que tiene todos los dones”— fue creada por Hefesto, el dios del fuego. La imagen de arcilla tenía que ser perfecta, con una belleza digna de los dioses pero con vida y pasiones humanas. Atenea, Afrodita, Hermes y otras divinidades regalaron a la nueva creación dotes que representaban una desventaja para la humanidad: avaricia, pereza, enfermedad, mentira, odio.



Cuando Pandora estuvo en la Tierra dejó pasmados a mortales e inmortales con su belleza. Sin embargo, siendo la maquinaria de una venganza premeditada, tenía un objetivo claro: seducir a Epimeteo, el ingenuo hermano de Proteo, quien había prometido a este no recibir ningún regalo de los dioses justo por temor a que algo malo sucediera tras su desobediencia. Pero quedó pretendidamente enamorado. 
 
¿Qué podía hacer?

Pandora llevaba consigo una caja ovalada y misteriosa —aunque en los textos antiguos se lee "ánfora" y fue hasta el Renacimiento cuando se reapropió por "caja"—. Antes de enviarla a la Tierra, los dioses hicieron a la mujer una advertencia tramposa: «no la abras»; sin embargo, ya habían dotado a la mujer de una enorme curiosidad, por lo que sabían lo que sucedería: la abriría sin remedio.



Cuando comenzaron a vivir juntos, Epimeteo tomó sus precauciones y puso la caja y la llave que la abría en un lugar seguro. La curiosidad de Pandora era tal que cuando estaba dormido, se las ingenió para abrirla. Para su sorpresa, dentro no había nada, pues todos los males del mundo salieron de forma inmediata. Lo último que quedó, fue la esperanza. De ahí el dicho: «la esperanza es lo último que se pierde».




El mal ya estaba hecho. Lo que antes era un lugar de felicidad y rectitud, comenzó a ser contaminado por la enfermedad y bajeza; la pereza, la locura, la tristeza, la pobreza, el crimen comenzaron a apoderarse de las almas humanas. Zeus había cumplido su objetivo: traer dolor a la tierra para vengar la desobediencia de Prometeo.



Esta mitológica historia nos remite de inmediato al relato bíblico de Adán y Eva. Ella, la mujer, como quien trae a la Tierra “todos los males del mundo” el hombre, incauto e inocente, es presa del deseo y "cae" en la trampa.

Según estas visiones, que lastimosamente han sido heredadas hasta nuestros días, la mujer es el origen del mal. Ella induce al "pecado" en el caso de la religión y al "mal" en la mitología. Curiosamente, hay que notar que en ambos casos ellas son sólo el conducto de una divinidad iracunda que sabe perfectamente qué es lo que va a pasar y aún así, castiga a la humanidad a un mar de sufrimiento y dolor por los siglos de los siglos.

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