jueves, 18 de enero de 2018

El sacrificio religioso de animales de nuevo abre el debate entre activistas y creyentes


Como solución temporal acordaron regular sus costumbres religiosas, algo que no tiene satisfecha a la comunidad judía.

Es el único hombre que queda en los Países Bajos que sacrifica animales para la comunidad judía en esa región europea. Motti Rosensweig toma el jalaf, un cuchillo especial utilizado para atravesar la arteria carótida y la yugular del animal, cortando así la tráquea y el esófago para que pueda desangrarse completamente.

Slagerij Marcus, por su parte, es el único carnicero kosher en Ámsterdam, encargado de abastecer de carne especial a la comunidad judía, la cual se ha visto en problemas con activistas en pro de los derechos de los animales debido a sus creencias religiosas y el sacrificio de animales que estas implican.

Después de acordar ambas partes que cambiarían un poco la manera de sacrificar a los animales para su consumo, se abrió el debate en Europa, específicamente en los Países Bajos, pues aquellos que no están de acuerdo con la modificación de las prácticas religiosas acusan que no hay libertad religiosa ni se respetan tampoco los derechos de las minorías.



Los carniceros kosher en Holanda cada vez son menos.

«Algunos de los que intentan prohibir nuestras costumbres básicamente tratan de hacer que para los judíos sea más difícil vivir en Europa», declaró al New York Times, Moshe Kantor, presidente del Congreso Judío Europeo. «La esencia y la centralidad de nuestra vida son nuestras antiguas tradiciones, y si nuestras costumbres no son bienvenidas, entonces tampoco lo son nuestras comunidades». Y es que aluden a que la discriminación religiosa está presente en las acciones de los activistas, mismos que han persuadido a parte de la comunidad judía en los Países Bajos a modificar el sacrificio religioso de animales, algo que no es aceptable.

Aunque la solución, dicen tanto defensores de los animales (quienes afirman que el sufrimiento al que se somete al animal es innecesario) como algunos judíos, es temporal, el Partido Neerlandés por los Animales está pensando en presentar una legislación a principios de este 2018 para prohibir el sacrificio religioso.


Y no sólo pasa con la comunidad judía, sino también con la musulmana. Rasit Bal, presidente del Consejo de Organizaciones Musulmanas, indicó que la prohibición «se asociará con tensiones sociales y estará presente en una relación de por sí polarizada. Dirán: "¿ven?" Están tratando de hacer imposible que seamos musulmanes aquí».



El sacrificio religioso de animales ha estado presente por años en distintas culturas.

Las reglas temporales obligan a que si un animal sigue sintiendo dolor después de 40 segundos de haberlo sacrificado, se le debe disparar. Establecen también que el número de animales sacrificados debe limitarse a la cantidad necesaria para cumplir con las necesidades de las comunidades religiosas presentes en los Países Bajos. Pero la herida sigue abierta y ninguna de las dos partes está dispuesta a ceder.

El Partido por los Animales dijo que el acuerdo no era suficiente, pues se estaba disfrazando de “propuesta ecológica” a una mala práctica religiosa. Los judíos dicen que si en sesenta años no han sido impedidos para conseguir carne especial aprobada por un rabino, no iban a comenzar ahora.


Los negocios kosher están en riesgo. La línea entre el derecho del animal y la libertad religiosa se hace cada vez más y más delgada.

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