martes, 7 de noviembre de 2017

Por qué nunca deberías montar un elefante cuando viajas

Durante siglos los elefantes fueron usados para transportar gente y realizar trabajos pesados, pero no fue hasta hace algunas décadas que la moda hizo que estos animales comenzaran a trabajar en la industria turística. Hace 100 años, había cerca de 100 mil elefantes en el reino de Tailandia, hoy son poco más de tres mil las criaturas que sobreviven en esas tierras.

El sorprendente número de animales que ha desaparecido tiene a quién culpar, al hombre. No hay otro ser que se atreva a enfrentarse a uno de los mamíferos más grandes del mundo, pero el hombre ha logrado, a través de la caza indiscriminada y la explotación, que sea casi imposible encontrar elefantes salvajes en el mundo. 


La realidad es que los elefantes en cautiverio sufren demasiado. Son golpeados con picas en la cabeza y amarrados con cadenas que no les permiten moverse con libertad. Pero lo peor de todo es que su espíritu es aplastado cruelmente. 

Son magníficos e inteligentes animales que nunca llegan a demostrar su verdadero potencial, pues desde pequeños sufren de abusos psicológicos que los hacen dóciles e inofensivos, pero sólo porque están aterrados de que si se comportan de otra manera puedan ser golpeados nuevamente. 


A través de los años, la práctica de montar elefantes en bosques y selvas o de verlos en circos se popularizó, pero ahora la conciencia acerca de esto ha hecho que las cosas cambien. 

En Tailandia cada vez son más los refugios de elefantes donde viven libres y felices. La gente los visita, pero a través de distintas medidas de seguridad (como el que los grupos sean pequeños y toda la gente se vista igual para no asustar a los elefantes) se garantiza el cuidado de los animales. 


En lugar de un sitio de tortura, parecen un "spa" para los elefantes, quienes son alimentados por los visitantes, tienen caminatas que refuerzan el ejercicio diario que necesitan y reciben baños de lodo que los mantienen hidratados bajo el fuerte calor asiático. 


Es necesario que la ley proteja a los animales y persiga a los responsables, pues además de elefantes, hay quienes sedan tigres y leones para que otros puedan posar con ellos o quienes maltratan a pequeños simios, para que sonrían y vistan ropa que los hace ver “tiernos” y “lindos”. Detrás de esa sonrisa hay miles de golpes y torturas que no pueden expresar. 

Sobre todo, es importante tomar conciencia acerca de la naturaleza de los animales. No es su hábitat y no es su instinto ser tan dóciles, no hay que creer que es a través de buenos tratos que se llega a eso. 

¡Comparte si crees que entre todos debemos crear conciencia!

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